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miércoles, 20 de enero de 2016

Espero llegar



Espero ansioso por llegar ahí,
a ese lugar en donde pueda estar por fin vivo,
de una vez,
y ahora para siempre.
Es un lugar sin horizontes, simplemente todo está en el mismo punto
sin tiempos ni espacios que nos encierren,
es una pradera tan infinita como los ojos del ser amado.

Y sentir la sensación de euforia de estar vivo,
el sentimiento del derrotado que luego de recuperarse triunfa justamente.
Vivir por siempre el hoy en ese lugar tan cercano a la eternidad.
Con lagrimas en los ojos pero sin rencor,
solo sentir la grandeza de Ese lugar,
y dejarse sumergir en ese aire que renueva las esperanzas del paraíso que
[ ya hace tantas tardes perdimos,
pero a donde volveremos...

Gabriel, era 13 de diciembre de 1999.

viernes, 1 de marzo de 2013

Mirando ese cielo

Esto también lo escribí hace mucho. Quería compartirlo aca con todos.

Salí a caminar y mirar un poco el cielo, y me puse a pensar sobre los problemas de la existencia del humano en esta pequeña replica de universo en que se le a dado a vivir.

Quiero por fin sentir la grandeza de la palabra libertad, libertad y ninguna otra salida. Vivir tan no necesitado de cosas para así estar mas junto al Ser Único, mirarlo de cerca pero ya no tenerlo.
Ser inundado por la euforia de vivir para así no tener que adorar ídolos de hombre-masa, a esos prototipos casihumanos de Dios que creen que por brindarnos vías para el escapismo, (canciones pegadizas, chistes fáciles) satisfacciones de utilería, les debemos deudas de gratitud.

No quiero entender por la simpleza del problema, (el mundo es deliciosamente complicado), prefiero envestir de cabeza un problema incomprensible, fundirme, ser uno con él, abrazarlo y mirarlo desde ahí. Quizá estaría mirándome, mirándote, o quizá mirando ese cielo.

Gabriel, era 20 de abril del 2000

jueves, 7 de febrero de 2013

Sin regreso

Esto lo escribí hace mucho tiempo, tiene algunas metáforas influidas por la poesía ricotera.


Encontré mi camino sin regreso
gritando claustrofóbico en mi prisión de carne
estaba tan apretado y tan, tan solo
que ya NUNCA MAS quise levantarme

Como tragos de licor sentí tus besos
que me brindaste gentilmente aquella tarde
mas no supe que hacer que suerte ingrata
la mía, ahí solo y sin poder tocarte

Espero que la muerte no me encuentre
quiero que vos vengas a ayudarme
y juntos liberar en mi memoria
al niño asustado que espera el desastre

Bajo la suave luna de ese otoño
una lagrima tuya basto para mojarme
mas recordando triste ese momento
no se me hace mas fácil el tener que dejarte

Ahora muero, mi vida no entristezcas
con tus labios no pudiste envenenarme
ver tu rostro a mi lado me consuela
muero contento, aunque ya he de olvidarte

25 de Enero del 2000.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Crux


Te miro y me transmitís un secreto antiguo y gélido,
azul, luminosa
las noches de cuantos fugaces viajeros
habrás acompañado
Quizá porque estas atada al sur
como el destino de tantos
brillas con modesta luz,
pero tu belleza cristalina
haría llorar a cualquier enamorado
o a cualquier ser desamparado
Aunque con la claridad del alba
vuelvas a desvanecerte
y las estridentes luces del día
eclipsen nuestros ojos
en la noche siempre brillaras,
femenina, sensual,
amante fiel que aguarda
paciente
Sos Pampa y desierto
sos agua inmóvil,
calma
Aunque tu luz será mas larga que el brillo de mis ojos
el día en que te apagues
te llorare en silencio,
todo habrá acabado...

Gabriel, el 9 de agosto del 2000,
era el anochecer en Tandil.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Informe desde la reclusión


Comienzo diciendo que a este informe convendría no tomarlo más que como las alucinaciones de un paranoico

Fui traído aquí hace mucho tiempo, mas de veinte años, tal vez cientos mas, creo que fui quitado de mi hogar, aunque no descarto la idea de que solo haya sido creado con el fin de ser puesto en este lugar.
Cuando comenzó esto, yo aun no estaba enterado de nada, aun el sistema lograba mantenerme con los ojitos cerrados, pero tengo la posmonicion de en momentos haber visto cosas fuera de su lugar.
Me inventaron una historia muy completa, si uno la mira no falla por ningún lado, y examinándola, antes que un error aparece el tedio, escribieron milenios de acontecimientos perfectamente encadenados, y donde no es así, solo se insinúa que la trama es mas compleja, o interviene la suerte, o los platos voladores. Mentira, la historia no existe, o tal vez ,si existe, la fueron escribiendo desde hace milenios reclusos como yo, lo que creo que seria aun mas terrible.
Ahora, después de mucho pensar, tengo un poco mas claro como se maneja esta prisión.
Entreabro los ojos, con mucha pesadez, como si mis párpados pesaran cien kilos, estoy tendido sobre una cama cubierto con una sabana blanca de algodón, veo una sonda inyectándome suero en el brazo; siento un olor dulzón como de alcohol o éter, y escucho murmullos lejanos. Oigo pasos que se acercan, vuelvo a entreabrir los ojos y veo una mujer vieja, vestida de enfermera, que me mira como con desprecio, e inyecta un liquido en mi suero. No se más.
Esta fue la primera visión clara que tuve, hace cierto tiempo, todo indica que estaba en la cama de un hospital, muy sedado, y sin fuerza casi para abrir los ojos. Esta visión, como todas las primeras no puedo precisar como la tuve, no fue un sueño ni algo parecido, solo la fui encontrando en mi cabeza, desarmada, como por pedazos, al principio con los días, luego mas rápidamente.
Estoy caminando por un pasillo, casi sonámbulo, sin tener poder de decisión sobre lo que hago, solo puedo ver lo que entra por mis ojos, pero no puedo ni siquiera pensar, voy en fila india, debemos ser unos veinte sujetos, y siento una soga atada en mi muñeca derecha, veo que esta soga nos ata a todos en la fila.
Tratando luego, cuando termine de juntar y darle forma a las imágenes, de procesar lo que había visto, descubrí que el que iba delante de la fila no era igual a todos los demás, era un hombre corpulento que estaba vestido ligeramente diferente al resto, vestíamos ropa suelta de algodón, color verde agua.
Después de esto mis visiones empezaron a ser mas frecuentes.
Tengo un leve estado de conciencia, estoy en una gran sala, con ventanas altas en las paredes, como las de las escuelas, desde afuera entra luz de día, pero blanca y espesa, como de día nublado, hay otra gente en esta sala, algunos sentados, otros deambulando lentamente, cada cual como abstraído en su mundo; siento un extraño sabor en la boca, algo amargo, me desagrada porque me recuerda a algún remedio.
Cualquier lector podrá inferir desde hace unos párrafos que las descripciones que doy, apuntan claramente a un sanatorio o institución similar, pero quiero aclarar que tal vez ahora que lo escribo, después de haber visto cientos de veces las imágenes en mi cabeza, lo puedo contar con claridad; pero estas primeras visiones ni siquiera podía relacionarlas ya que no ocurrieron muy seguidas en el tiempo.
Sobre el gusto a remedio que sentí en mi boca, me ocupare mas adelante, ya que bastante después me di cuenta de que se trataba.
Ahora estoy atado a una cama de hospital con gruesas cintas de cuero, siento la cabeza flotar, como si me hubiera emborrachado antes de acostarme. Aunque no tengo ninguna manguera conectada a mi brazo veo en el marcas de agujas.
Creo que volví a dormirme y desperté cuando un enfermero me soltó las trabas de las cintas con las que estaba atado y me llevo a una salita donde me sentó en un banco contra la pared; parecía que estaba esperando por algo, me esforcé por mantenerme despierto y vi salir por una puerta de un panel que dividía la salita a otra persona vestida como yo, y asomarse a un hombre calvo que le indico al enfermero que me haga entrar a mi y se llevara al otro.
Lo que recuerdo de lo que paso después es que el hombre este me empezó a revisar, me abrió bien con los dedos los ojos para inspeccionar valla a saber que, y luego me puso una mascarilla, presumo que con gas anestésico.
Una nota que habría que estudiar:
El hombre pelado que me estuvo observando, parece la estereotipación de un psiquiatra, al igual que pasa con el enfermero. Tal vez, se me presentan así en las visiones ya que es mi idea mental de un psiquiatra, un enfermero, o un hospital. Creo que este detalle es importante, porque indicaría que no vi estos hechos con propios ojos, sino que son como recuerdos de cosas que nunca hice, pero como aclare al principio tampoco fueron sueños.
Una especulación bastante pobre:
Pueda ser que esto le este pasando a quien verdaderamente soy yo, al dueño de la conciencia que esto escribe; y quien esto escribe no viva mas que en una alucinación que viene durando una vida.
Esto encaja, o no, perro por lo menos rima con la explicación sobre el gusto a remedio que varias veces sentí.
Estoy tragando algo, una pastilla creo, recuerdo su sabor amargo; el enfermero me lleva a un cuarto, se que es mi cuarto, me veo acostarme en mi cama y empiezo a soñar, no se que; pero me veo en tercera persona, y se que estoy durmiendo.
No me quiero arriesgar a que yo soy el enfermero porque no estoy seguro de eso, y además daría letra para que alguien busque una interpretación metafórica. Estas visiones pueden ser cualquier cosa menos una alegoría.
Un enfermero del que nada sé, en un hospital psiquiátrico del que parezco ser un interno me da pastillitas para no soñar, o para no despertar. Como sea es un fármaco que me mantiene cautivo, sin dejarme ver que hay afuera, si hay algo.

Las visiones se sucedieron.., se suceden; pero sin aportar mas datos que los ya expuestos, dejo, para quien se atreva a seguir pensando la mas reciente:
Estoy frente a una computadora, en un rato debo acostarme, si afino el oído puedo sentir pasos, son las pisadas de alguien corpulento, se que trae la medicina y no puedo hacer nada para evitarlo, no se que pasara cuando me duerma, ni menos cuando me despierte. Si es que lo hago.